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viernes, 20 de mayo de 2011

LA MADRE TIERRA ENSEÑANZAS ESPIRITUALES DEL M. ENOCH Y AKALISUN


 
9- ENSEÑANZA
  
Al igual que tenemos que aprender a amarnos y amar a los demás, también tenemos que aprender a amar al planeta tierra y todos los seres que lo habitan, y cuando digo amarlo digo también cuidarlo. Muchos seres espirituales lo son solo de palabra pero no con hechos y esa es la diferencia entre un ser de luz y uno que se dice espiritual pero que no actúa como tal. Los seres de luz tienen que demostrarlo con su actuación diaria. Tienen que hacer la diferencia y una de las formas de demostrarlo es preocupándose y ocupándose del planeta tierra.
En las escuelas debía de haber una asignatura que nos explicara lo que son los elementales pero no la hay, y a lo largo de nuestra vida es poco probable que tengamos la suerte que yo tuve de conocer a un chaman (hombre de saber) y me enseñará a amar los árboles, a pedirles permiso si cortaba una hoja y a recargarme de su energía. Algo que era habitual entre los primeros pobladores de la tierra y que se ha ido trasmitiendo de unos pueblos a otros. De esto saben mucho los indios o indígenas de todos los tiempos. Ellos son los que aun mantienen el contacto con los elementales.
¿Qué son los elementales, o espíritus de la naturaleza?
Son seres del mundo espiritual, conectados directamente con los cuatro elementos: Agua, Tierra, Aire, y Fuego. Se encargan de la creación y cuido de la naturaleza. Son anteriores a la aparición del hombre en el planeta, incluso antes de que se creara el planeta tal como lo conocemos porque son ellos los que ayudaron al Plan Cósmico a crear los bosques, ríos, montañas, atmósfera, lluvia, etc. Es curioso como a lo largo de la historia de la humanidad esa información se ha ido transmitiendo de pueblo en pueblo y de sitios y tiempos tan lejanos como los Sumerios, Caldeos, Egipcios, Chinos, pueblos indígenas de África, Asia, Polinesia… Los dibujos que se encontraron los muestra casi idénticos sin importar lo lejos que estuvieran unos de otros. Se les considera espíritus juguetones, animados, traviesos, en su nivel de conciencia se le puede considerar como un niño que no tiene muy claro el bien del mal.
Los elementales del Fuego se llaman: Salamandras
Los elementales del Agua se llaman: Ondinas o Ninfas
Los elementales de la Tierra se llaman: Gnomos
Los elementales del Aire se llaman: Silfos
Cuando vamos paseando por el campo o estamos en el mar tenemos que tener un pensamiento de amor para esos seres que han ayudado a crear algo tan hermoso como es este planeta. Tenéis que pedir permiso cuando valláis a cortar una rosa o una planta, porque la planta tiene vida muy elemental pero la tiene. Si hacemos esto os daréis cuenta que inmediatamente la planta responde creando flores preciosas y os crecerán unas plantas verdes y frondosas. Un secreto que os voy a trasmitir: si vuestra planta se está muriendo, una de las formas de darle vida es poniendo alrededor del tallo trozos de cristal de cuarzo. Las puntas tienen que estar dirigidas hacia el tallo. En poco tiempo veréis como empiezan a crecer hojas nuevas.
El planeta tiene vida propia y ya está cansado de tanto dolor, de pruebas nucleares que le crean grandes heridas, de productos químicos enviados a la atmósfera y sobre todo de ataques psíquicos de cada uno de nosotros con nuestros pensamientos y palabras negativas. Dejamos de ser aliados de los elementales para convertirnos en verdugos de la madre tierra. No nos damos cuenta que lo que le pase a ella nos pasa a nosotros. Somos capaces de quemar los bosques sin pensar en las consecuencias. No nos paramos a pensar que con esta acción nos estamos matando nosotros porque un bosque no es solo un grupo de árboles, también es un lugar donde hay vida. En ellos viven millones de especies que dan vida al planeta y crean una cadena alimenticia donde todo es armonía. Se evita la erosión que crean las lluvias y se hace magia porque se crea oxigeno, algo vital para nuestra supervivencia. No solo el que quema el bosque intencionadamente es responsable, también aquel que deja una botella de cristal, tira una colilla de cigarrillo encendida o el que enciende una fogata sin las precauciones necesarias. El ser ignorante de esto no nos exime de la responsabilidad.
Todos formamos parte de una cadena y lo que hace uno repercute en los otros. Por eso nadie está libre de lo que haga un irresponsable o alguien que está aun dormido. Lo malo de esto es que muchos de los que se dicen trabajadores de luz se olvidan de que lo son a la hora de llamarle la atención a alguien que tira una botella al suelo y tampoco la recoge con lo que se convierte en cómplice. Es más fácil hacer oídos sordos y ojos ciegos que tener la valentía de defender tus creencias. Nada es gratuito en el mundo espiritual y cuando se te han dado conocimientos es porque los tienen que poner en práctica. Si no lo haces estás perdiendo la oportunidad de crecer y ser cada vez mejor y te estancas en tu crecimiento espiritual.
En el año 2004 nos mudamos mi marido y yo a Orlando. A los pocos días de llegar, anuncian la llegada de un huracán. Esta experiencia la cuento en una carta que posteriormente envíe a mis amigos. Hoy quiero compartirla con vosotros porque es esclarecedora de cómo trabajan los elementales si se les pide ayuda.
¿POR QUE NO CREER EN MILAGROS? 8/13/2004
Cuatro días después de que pasara por Orlando el huracán Charley quiero compartir con vosotros la experiencia que mi marido y yo hemos vivido.
El viernes trece, me levanté como de costumbre y me dispuse a hacer una meditación. De pronto sentí que mi Maestro Enoch me estaba dando un mensaje relacionado con los elementales:

¿POR QUE NO CREER EN MILAGROS?
(Mensaje Maestro Enoch) 
Los elementales son aliados vuestros os necesitáis mutuamente. Teméis a las tormentas, huracanes, tifones… y lo que no sabéis es que todas esas manifestaciones de la madre naturaleza son para sanar el planeta. Esas son las formas que tienen de limpiar la atmósfera de contaminación, no solo física sino también psíquica. Todos los pensamientos que emitís se quedan en la atmósfera. En estos momentos esos pensamientos son todos desarmoniosos. Los humanos emitís pensamientos de guerra, de agresividad, de envidias, de celos, de codicia… Todos estos pensamientos contaminan la atmósfera y hace una especie de cinturón de energía negra densa alrededor del planeta que a veces nos resulta muy difícil pasar para llegar a vosotros. Los elementales están para ayudaros a crear equilibrio. Si los vierais así os asociaríais con ellos y no serían tan destructivos, pero su solo nombre, HURACAN, crea en vosotros la energía del miedo y eso hace que os alejéis más de ellos.
Cuando paséis por una experiencia así uniros a ellos. No preocuparos por las pérdidas materiales porque si en esos momentos estáis en armonía, ellos os respetarán y aunque estéis en el mismo ojo del huracán, no sufriréis daños. Cuando paséis por esa experiencia envolver vuestra casa o donde os encontréis en una especie de burbuja protectora y pedir a los elementales que pasen alrededor sin haceros daño. Os sorprenderéis de cómo os escucharán y os responderán.
Hace eones en el tiempo todos los elementales y los humanos vivíais en armonía pero en el momento que los humanos generasteis la energía del miedo os separasteis de ellos y ya no hay comunicación entre vosotros. Solo unos cuantos privilegiados siguen comunicándose con las plantas, animales, cristales, agua, fuego, tierra, aire. Para estos pocos la vida les resulta más fácil que para los que no se comunican porque han aprendido que todos estáis enlazados en una cadena y que nadie es más importante que el otro. Nadie es superior porque todos os necesitáis para vivir en este planeta. Tenéis un hermoso planeta, uno de los más hermosos que existen. ¡Cuidarlo!, porque al cuidarlo os cuidáis vosotros. ¡TODOS SOMOS UNO! 
Con infinito amor, 
En esos momentos yo no sabía que el huracán se dirigía hacia Orlando. Las últimas noticias decían que se dirigía hacia Tampa. Al rato me llamo mi amiga Marina desde Puerto Rico muy preocupada porque Charley ya tenía intensidad 4 (la intensidad mayor es 5) y se dirigía hacia Orlando. Sentí la angustia de Marina pero me asombre porque yo no estaba preocupada. Hacía una semana que nos habíamos mudado a esta casa pues estábamos empezando un nuevo camino en un país nuevo. Para nosotros era empezar de cero y solo teníamos un colchón en el suelo donde dormir, un coche que ni siquiera habíamos empezado a pagar, una pequeña TV y una antena de TV que la habían puesto hacia 2 días. Esas tres cosas ocuparon mi pensamiento pero rápidamente pensé en el mensaje y me di cuenta que mi Maestro me había avisado precisamente para que no me preocupara. Así que no lo hice y lo tome como que estaba a punto de pasar por una nueva aventura. Una aventura en el que el resultado dependía de mí. Si yo hacía lo que el Maestro decía no pasaría nada, pero tenía que estar muy consciente de que el resultado dependía de nosotros, de no perder los nervios durante todo el proceso y estar en armonía.
Y así fue, pusimos el colchón bajo de la ventana (algo que no se debe hacer durante el paso de un huracán por el peligro que supone) nos acostamos y nos dispusimos a no perdernos nada de esta nueva aventura. Eran sobre las 9 de la noche cuando sentimos las primeras ráfagas del viento más fuertes. Mi esposo y yo nos pusimos a meditar y visualizar nuestra casa, coche y la antena de TV envueltas en una cúpula o burbuja de color azul, al mismo tiempo pedimos a los elementales que pasaran sin hacernos daño.
Después de un rato nos quedamos tranquilos mirando por la ventana y sintiendo la lluvia y el viento. Lo siguiente que recordamos es que nos despertamos a las 6 de la mañana de un hermoso día. El huracán había pasado y no nos habíamos enterado. Miramos la antena de la TV y no se había movido pero lo más asombroso era que alrededor del coche estaba lleno de ramas y hojas de los árboles pero encima del capo solo había una hojita.
Al principio pensamos que por esta zona no había pasado pero nuestra sorpresa fue en aumento al salir de casa y en la misma calle ver un gran árbol arrancado de raíz. Alrededor nuestro contamos 5 árboles grandes que habían sido arrancados. Todo a nuestro alrededor era desolador, sin embargo, ni la antena de TV se había movido. El domingo cuando vimos el periódico nos asombramos más al darnos cuenta por una foto, que nosotros nos encontrábamos en el lugar donde más daño había hecho.
No tuvimos más remedio que reconocer que nos había salvado un auténtico milagro o quizás no es tan milagroso el hecho de ser capaces de pensar y actuar de diferente forma convirtiéndonos de una vez por todas en el hombre nuevo. Ese hombre capaz de hacer milagros solo con proponérselo. ¿Por qué no pensar que somos seres con unas capacidades que aun ahora solo unos pocos han descubierto? Me llama mucho la atención que casi todos creemos en Dios, unos pocos en los Ángeles y algunos hasta recibimos mensajes de Maestros espirituales. Sin embargo, no creemos en los milagros y mucho menos en la capacidad del ser humano para crear algo extraordinario. La ciencia cada vez se está acercando más al mundo espiritual, dando explicaciones de hechos que hasta hace poco no se tenía explicación científica. La medicina quántica está contribuyendo a ello. Ya se sabe que la mente puede influir en la materia. Los que trabajamos en la salud sabemos la importancia que tiene que el paciente se quiera sanar para sanarse.
Cuando al día siguiente del paso del huracán hablé con mis amigos hubo comentarios para todos los gustos. Las explicaciones fueron muchas y distintas dependiendo sobre todo si son mentales o no. En general mis amigos creen en mi pero eso de que los elementales como un huracán pasara por aquí y por pedirles que no nos hicieran nada nos respetaran era demasiado. Así que tuve que oír comentarios como “Eso fue que el ojo del huracán pasó por allí e hizo un vacío o agujero y por eso no os hizo nada” (a unos pocos metros de mi casa había un árbol arrancado).
¿Por qué nos resulta tan difícil creer en nosotros, en nuestra capacidad superior de crear nuestra realidad presente? o ¿será porque estamos habituados y nos resulta más fácil pedir para que Dios o los Ángeles hagan nuestro trabajo y así no tener responsabilidades? ¿Hasta cuándo seremos como niños? ¿Por qué buscamos siempre explicaciones con nuestra mente lineal cuando se sabe que no utilizamos ni el 10% del celebro? Mi verdad de hoy, con la capacidad que tengo en estos momentos, es que mi fe movió montañas. Creí en lo que me dijo mi Maestro y la armonía que generamos tanto mi marido como yo creó una especie de escudo protector o aura armoniosa y eso fue suficiente para que el huracán no nos afectara. Trabajé con una parte del celebro que tenemos pero que muy pocos utilizan. Uno de los pocos que la utilizó fue el Maestro Jesús y recordar que dijo “Lo que Yo hago vosotros lo podéis hacer”.
Por favor creer en vosotros y por qué no, también en los milagros.
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angelito.gifDra. Akalisun

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