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domingo, 11 de diciembre de 2011

HERMANO K. 3 diciembre 2011 con audio



Original en francés.
http://www.autresdimensions.com
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
audio
  
Yo soy HERMANO K.  Hermanos y Hermanas presentes en humanidad, les presento mis saludos.  Vengo a expresar un cierto número de elementos que son complementarios a todo eso que he podido aportar en las intervenciones pasadas. Mi intervención se inscribe en el cuadro de eso que ha sido dado por Omram MIKAEL (Nde: O.M. AIVANHOV) y concerniente al Amor.  Eso se inscribe en la secuencia lógica de la mayor parte de mis intervenciones concernientes a los conceptos (que espero, comienzan a serles ahora familiares), concernientes a la Libertad, la Autonomía, lo conocido, lo Desconocido. Voy a expresarme también (y eso completará lo que había expresado), concerniente al Fuego de la Personalidad, Fuego del ego y el Fuego del Espíritu.  Siendo dado que muchos de los Hermanos y Hermanas comienzan a vivir los estados de Conciencia que semejan salir, yo diría, de lo ordinario (de la fragmentación), es importante darles esos elementos, no tanto como elementos de reflexión mental sino más bien de reflexión de la Conciencia, ella misma, concerniente a esta palabra esencial que es la palabra “amor”.
Este amor puede experimentarse de diferentes formas y todos lo sabemos.  Si lo quieren bien, para la claridad de eso que voy a exponerles (a través de mis palabras y mi Presencia), vamos a tratar de captar eso que puede existir como diferencia entre el amor experimentándose en la personalidad, y el Amor que se ejerce en el seno del Êtreté.  Vamos primero, si lo quieren bien, a tratar de comprender, en alguna forma, el amor, en el sentido más común y más noble, tal como es comprendido (vivido o no), tanto por una conciencia humana que por la sociedad, en su conjunto (y la humanidad misma, diría, en su conjunto), cualquiera que sea la cultura, las religiones, el origen o los conceptos.

El primer principio es comprender (lo saben todos) que el amor es una manifestación, casi constante, en los Universos, cualquiera que sea la Libertad de esos Universos o el encerramiento de esos Universos.  No puede existir (como lo redefine LA FUENTE) alguna vía, ni alguna creación, posibles, sin el amor y sin su antítesis.  Por supuesto, el amor es coloreado siempre, por un conjunto de elementos que pertenecen, en propiedad a una persona y que están vinculados, por supuesto (como ya se imaginan), a su educación, a su vivencia de sus primeras relaciones y comunicaciones (en el seno de su familia, su hermandad, su medio social, su medio afectivo).

Por supuesto, el amor va a colorearse también de las diferentes experiencias vividas por la Conciencia, ella misma, en su infancia (en su presencia en la encarnación), que son, yo diría las circunstancias que van a favorecer o a inhibir en alguna forma la expresión del amor a través de las experiencias vividas (felices o infelices) y sobre todo, durante la primera parte de la encarnación.  Por supuesto, a continuación, el amor va a teñirse de diferentes acepciones que están directamente relacionadas a eso que es vehiculado por un conjunto de creencias o de morales (salidas ellas mismas de las religiones, salidas ellas mismas de los sistemas filosóficos o de pensamientos). Este amor allí está presente, por supuesto, en todo ser humano, incluso en el que solo manifestaría lo opuesto. 

Por supuesto, el Amor del que comenzamos a hablarles (y que corresponde a la Luz Vibral) no es absolutamente superponible al amor existente en la personalidad.  Y por tanto, de este Amor, intentamos hablarles ahora (lo hacemos, con mucha razón durante este período), porque gracias a las experiencias que muchos de ustedes comienzan a vivir, va a convertírseles cada vez mas fácil reconocer el amor en la personalidad, del Amor, no altruista, (y en consecuencia resultante del Fuego del ego)  y del Amor Vibral inscribiéndose en la Unidad (que no tiene nada que ver con el amor experimentándose en alguna forma en la Dualidad).  El conjunto de las relaciones humanas puede definirse por una dosis (más o menos importante) que existe, de amor o de no amor. ¿Cuántas religiones, cuántas guerras, cuantos desacuerdos (o acuerdos) son realizados con el principio mismo del amor?

Parecería por lo tanto, que esta palabra fuera indisoluble e indisociable enteramente, de todas las esferas de expresión de la vida en este mundo, llamado 3ª. Dimensión.  Todos sabemos que el amor (que esté entre 2 seres, entre 2 pueblos, hacia una religión, hacia una filosofía) se construye y evoluciona según una serie de secuencias que pueden ser diferentes para cada ser, para cada sistema social, pero que van, hasta cierto punto, a traducirse en una mayor o menor definición (una mayor o menor adhesión) al principio y precepto del amor (expresándose también expresándose entre 2 seres, construido a través de vínculos, llamados vínculos de la carne o vínculos de convenios familiares, sociales, morales o espirituales).

Este amor ha sido, también llamado “condicional” por oposición a un Amor que sería “incondicional”.  Se presupone pues (y prefigura, en alguna forma) que todo amor manifestado en la personalidad no puede expresarse, manifestarse, más que a través de ciertas condiciones.  Estas condiciones, son evidentes y caen bajo el sentido común desde el instante donde, por ejemplo, hablamos del amor de una madre hacia sus hijos o de un padre hacia sus ascendientes o sus descendientes.  Existe, por lo tanto, un amor que está inscrito, en alguna forma en una especie de fibra, una especie de vínculo maternal afectivo. Existe también, por supuesto, las relaciones de amor entre los seres que no son resultantes de la misma sangre y que, sin embargo, se descubren a través de una reconexión o un reconocimiento (que este reconocimiento recurra a cosas invisible o a cosas más palpables, en todo caso, entre 2 seres, como entre 2 países o entre 2 individuos), de los conceptos que yo calificaría, de buen grado, de afinidades.  En efecto, el amor va a definirse según un cierto número de afinidades o de repulsiones.  Sabemos todos, por eso, que este amor allí va a pasar por una serie de etapas que no están siempre en el mismo desarrollo y en la misma secuencia pero que van a conseguir modificaciones de percepciones y expresiones de dicho amor, a medida de que pase el tiempo. Sabemos todos, eso, por haberlo vivido en un momento dado o en otro. Hay los amores que cuando desaparecen por un fin trágico, como la muerte de un prójimo (y yo he vivido eso, cuando joven en mi última encarnación) bastan para trastornar completamente los conceptos del amor y representan un choque muy importante que lleva a plantearse la cuestión, en la propia Conciencia, del sentido de este amor que desaparece y que, de la noche a la mañana, se nos escapa porque se vuelve invisible (no palpable ni manifestado) y no da ya acceso a los sentidos ni a la comunicación.  Y esto lo sabemos todos.   Y luego existe, también los amores independientes de eso que es conocido, palpable y apreciable (y que cae bajo los sentidos) concernientes, también a las filosofías, las espiritualidades (cualquiera que sean).

El ser humano es un ser de amor, innegablemente, incluso en su personalidad y solo la falta de amor que va a traducirse por los comportamientos que podrían llamarse opuestos al amor (que eso sea el sufrimiento, el odio, e incluso la guerra), que no son, hasta cierto punto, una incomprensión del amor o de la relación.  Eso que es evidentemente muy visible en todo amor (cualquiera que sea el manifestado en este mundo), es que desaparece de un día al otro, o por la desaparición del sujeto amado, (en una relación afectiva o vinculada a la herencia) o, aún, en la adhesión o la no adhesión a los principios, a las filosofías, a las reglas morales, o a las espiritualidades, o, aún a las religiones.  Este amor allí es, por lo tanto, una afinidad que puede traducirse, por eso, en una forma de atracción haciendo que haya una necesidad, una voluntad de querer, hasta cierto punto, comunicar e intercambiar con el objeto o el sujeto que cae bajo nuestro amor, o que es nuestro amor. Sabemos todos que estas relaciones evolucionan por fases más o menos cíclicas, más o menos reproductibles, que en general, terminan de una u otra manera, por la desaparición de este dicho amor aunque el amor, en algunas formas de expresiones románticas o idealizadas, puede durar el conjunto de una vida.  Pero quién puede decir que este amor va a encontrarse en otra vida, o puede decir aún, que esta relación (que ha fluctuado en un tiempo más o menos corto, más o menos largo) va a ser capaz de establecerse más allá de la desaparición del ser amado o de la no adhesión a una religión (por ejemplo, para un individuo dado que cambiaría de religión).
Por lo tanto, convendrán, que el conjunto del amor, idealmente, es siempre concebido como invulnerable, indestructible, eterno.  La personalidad es construida (como lo saben y lo hemos vivido todos, en un momento dado o en otro) como cualquier cosa que es efímera, perfectible y que es sobre todo llamada a desaparecer porque jamás la conciencia de la personalidad puede establecerse en una duración que está más allá del nacimiento y la muerte.  Ahora bien, el principio del amor, tal como es transportado por la misma conciencia, en la personalidad, está siempre construido sobre la noción de durabilidad, sobre la noción de eternidad. 

Cosa, obviamente, que jamás puede ser, puesto que será, en todo caso, limitado por la experiencia del nacimiento y la experiencia de la muerte.  Se puede decir, hasta cierto punto, que este amor allí es un amor ideal, idealizado y cuya consonancia, se quiera o no, siempre se caracteriza, básicamente por un elemento llamado el miedo.    En efecto, quien podría pensar amar a su hijo, a su padre, a su relación (en el momento que lo ama) como teniendo posiblemente un fin, como pudiendo desaparecer de un momento a otro.  Todos pasamos por episodios de luto, de pérdida, de abandono que nos llevan a la fragilidad del amor humano, tal como es experimentado y manifestado (que eso sea a través de 2 seres, a través de un hijo o de un ascendiente, que sea en un sistema social, cualquiera que sea). El amor está, por consiguiente, condicionado, en permanencia por cualquier cosa que debe desarrollarse en un tiempo dado y aportar hasta cierto punto, un sustento que es intercambiado (compartido), que permite (a 2 seres, a 2 situaciones o a una religión, por relación al que se adhiere) un sentimiento de satisfacción, un sentimiento, a veces de plenitud.  Pero que, también va a fluctuar en el tiempo, según los humores, según la posibilidad de llenarse, hasta cierto punto, de este amo, de una u otra forma.  Este amor allí está, siempre, vinculado (como lo había explicado), por supuesto a la ATRACCIÓN  y a la VISIÓN. (Nde: ver “protocolos a practicar /reconstrucción del Cuerpo de Êtreté” en nuestro sitio).

El amor es una atracción, incluso en este mundo, en todos los mundos.  No puede ser de otra manera. El amor está, obviamente, condicionado a un cierto número de señales que son, ya sea imaginadas, pensadas, o reales.  Expresándose esencialmente por los sentidos, que esos sentidos sean los sentidos amorosos, que sean los sentidos de la carne o aún, de la adhesión a los ritos o a las creencias, cualquiera que sean.  Este amor allí puede, también experimentarse en una plenitud, pero observamos todos, que esta plenitud jamás es durable y aún menos eterna ya que ella pasa siempre por una satisfacción o una insatisfacción.  El grado de satisfacción de este amor o de esta insatisfacción está vinculado a la manifestación (inconsciente, generalmente) de un cierto número de temores que podríamos llamar, más allá de la atracción, los compromisos.

Mucho tiempo he insistido, en mis últimas intervenciones, sobre la Libertad, sobre la Autonomía, sobre los principios que están un poco opuestos, hasta cierto punto, de lo que el ser humano en la personalidad, llama el amor. Y por tanto, ¿es que hay una diferencia fundamental entre el amor manifestado por la personalidad y el Amor manifestado al sentido Vibral, o al sentido del Corazón? Por supuesto, el lenguaje corriente emplea las expresiones que recurren al corazón como “tener corazón” o decir a alguien que no tiene corazón.  Y sin embargo, ¿es de este corazón del que hablamos cuando hablamos del Corazón al sentido Vibral, al sentido del Sí, al sentido de la Unidad? Ustedes saben muy bien que los que tienen la experiencia de la Vibración del Corazón no pueden ya jamás confundir (ni engañarse) en el sentido y la calidad del Amor que es vivido porque el amor de la personalidad jamás podrá asemejarse al Amor experimentado en el Êtreté, del Si, de la Unidad.  Por consiguiente, realmente del Corazón, no como el corazón concebido como principio moral sino en un espacio Vibratorio particular (colocado en el pecho), traduciéndose en una modificación perceptible y completa de la Conciencia.

¿Es que el amor de la personalidad puede existir o coexistir con el Amor del Êtreté?

De un conjunto de elementos que les han sido dados, es evidente que eso es imposible porque el amor de la personalidad está vinculado al eje ATRACCIÓN-VISION.  Está vinculado al Fuego del ego, al Fuego de la personalidad, traduciéndose por una necesidad de fricción, por una necesidad de contacto, de visión, de atracción, de pruebas, mientras que el Amor que está situado (una vez que la Puerta Estrecha es franqueada) al nivel del Corazón, no tiene necesidad de pruebas puesto que es, el mismo, su propia fuente.

Entonces, el amor, al sentido humano y personal, se traduce por una especie de atracción y de proyección a cualquier cosa que es exterior, que eso sea el amor de Dios, o el amor de otro ser humano o de un hijo.  Obviamente, al sentido del amor personal, existe una muy grande dificultad para vivir el otro, incluso en la empatía o el carisma donde es posible ponerse en el lugar del otro totalmente sin, por lo tanto convertirse en el otro.  Y bien, obviamente, no se le ocurriría a ninguna personalidad de poder sustituir (o pasar a ser) el que le gusta, puesto que este amor solo nació en la visión y la atracción de lo que se ve, por supuesto, fuera de sí, aunque este objeto, este sujeto haya nacido dentro de sí (pienso en particular en la relación de madre e hijo).  Por supuesto se conoce todo eso.  Todo eso es reconocido perfectamente y llevadero por todo ser humano, cualquiera que sea su camino, cualquiera que sea su experiencia, donde tenga la posibilidad de vivir una mayor cantidad y calidad de amor (en función de sus creencias, de sus heridas, de sus esperanzas, de sus experiencias.

Existe, por lo tanto un contexto por definición personal a la expresión y a la manifestación del amor, para un ser humano, en función de sus propias heridas, de sus propios afectos, resumidamente todo eso que hace el conjunto de la personalidad.  Para muchos de ustedes, hemos comenzado a hablarles de Luz Vibral.  Les hablamos de Estrellas y de Puertas, de Nuevos Cuerpos, de nuevas estructuras que los conducen a experimentar el Amor sobre otro método donde no puede existir el menor compromiso, casi la menos personalización.  Que esta personalización sea el objeto de una idealización Interior como de una proyección exterior a través de un ser amado, que sea un hijo, un padre, una relación o una religión.  Así pues, pasar del Fuego de la personalidad (o del amor personal) al Fuego del Espíritu, se traduce por un cierto número de convulsiones y reversiones que vienen, en alguna forma a sustituir un amor por falta (de atracción) que se establece, sobre todo en la resonancia, procurando para los seres que lo viven, la capacidad de Comulgar, más allá de los sentidos, más allá de la carne, más allá de los convenios, más allá de las religiones, resumidamente, independientemente de toda historia personal. El Amor vivido al nivel del Corazón se convierte por lo tanto en (como se los dijimos) una Vibración Y sobre todo y ante todo, un estado de Conciencia profundamente diferente que se manifiesta hoy, más fácilmente, que se realiza en ustedes eso que ha sido nombrado la Fusión de los Éteres, permitiéndoles en alguna forma sobreponer el amor de la personalidad (o experimentado en la personalidad) y el Amor del Êtreté (experimentado en el Corazón)

Del encuentro de este Fuego del ego (y del conjunto de las características de la personalidad) con el Fuego del Amor (o el Fuego del Espíritu o Fuego del Corazón), se traduce una especie de alquimia.  Esta alquimia se traduce para la Conciencia, por las modificaciones de la percepción bien reales, bien concretas, del conjunto de las manifestaciones afectivas del amor.  Hay también paralelamente a eso, la instalación (como lo saben aquellos que lo viven) de un cierto número de elementos haciéndoles decir que han realizado la Alegría, la Unidad, la Visión de eso que está más allá de la apariencia (por la Visión Etérica, o por la Visión del Corazón), llevándoles a concientizar literalmente, otro mecanismo de la vida (aplicado también por el Amor) pero que no depende ya de otra cosa que de sí mismo.  No en un amor egoísta, (contrariamente a un amor altruista) más bien un Amor que, hasta cierto punto, se irradia desde la FUENTE y se manifiesta desde la FUENTE (como la palabra que empleé) que no necesita de proyección pero que es en totalidad una introversión.  La diferencia esencial va a traducirse al nivel de los comportamientos.  Porque el amor personal tiene siempre sobre entendida la noción de carencia, la noción de miedo de pérdida o la noción de Abandono, mientras que el Amor, vivido al sentido Vibral se satisface de sí mismo, no al nivel de la personalidad sino de la calidad de este Amor que viene en alguna forma (como lo saben) a cambiar la ley de acción y reacción en un estado de Gracia donde el Abandono a la Luz (la renuncia de la personalidad) va a traducirse por una más grande fluidez en la vida, por una más grande aceptación del principio del Amor, no encerrando, no limitando.  Este Amor les era, por consiguiente, Desconocido.  Y muchos de ustedes hoy comienzan a vivir eso y a hacerlo un elemento conocido y sobre todo un elemento de aprendizaje, permitiendo distanciar (de separar) eso que es resultante del amor de la personalidad (o en la personalidad) y el Amor en el Êtreté o de la Unidad.

Entonces, por supuesto, aquel que no vive el Amor en la Unidad, no puede incluso concebir lo que es este Amor mientras no es vivido.  Porque el amor de la personalidad es la única cosa que es accesible a los sentidos, accesible al afecto, a las emociones, al mental pero, también accesible a la carne (o, aún, a la estructura causal cuando se trata de una relación amorosa), poniendo en escena de alguna manera, los individuos que debido al pasado, tuvieron una relación (cualquiera que sea).  En la actualidad, se reproduzca una relación con un sentimiento de ya visto, de ya conocido, de reconocimiento y de reconexión.  El Amor Vibral no tiene nada que ver con eso porque la diferencia esencial, como lo dije, es que este Amor Vibral se inscribe en el marco de una introversión donde no hay necesidad de cualquier proyección, al exterior de sí, de un amor idealizado o romántico.  El Amor Vibral se satisface, de alguna forma en sí mismo.  Por lo tanto no es egoísta.  Es el altruista más total porque él es el Don y el Abandono, contrariamente al amor condicional, experimentado por la personalidad, incluso cuando ella experimenta una cierta forma de altruismo.  La diferencia, como lo saben, se encuentra en los comportamientos y sobre todo en la Vibración.

Todos conocemos el amor, en la pérdida: cuando un ser querido viene a desaparecer, experimentamos angustia, miedo, tristeza, depresión, traduciéndose por las percepciones corporales extremadamente precisas.  De la misma forma, cuando nos encontramos un ser que nos es querido y que amamos (de manera más privilegiada, yo diría) cualquiera que sea esta relación (entre personas o por relación a una religión o por relación a un hijo), hay una especie de escalofrío superficial, una energía que se pone a circular (incluso en el pecho), que no tiene nada que ver estrictamente con la Vibración del Corazón o el Fuego del Corazón.  Esta vibración (esta carne de gallina, este escalofrío) traduce la reconexión o el reconocimiento en la personalidad, de una estructura o de un individuo que ha sido amado anteriormente, o reconocido en esta vida.  El amor  Vibral nada tiene que hacer de cualquier proyección exterior.  El Amor al sentido Vibral es un estado de Conciencia suficiente para sí mismo.  Ahora, aquel que vive eso, vive la Vibración del Fuego del Corazón y se convierte, en, por si mismo, en su estado de Ser, una radiación de Amor que modifica el espacio-tiempo, que modifica el medio ambiente, que modifica incluso la vida de la personalidad.  Ya que a partir del momento en que este Fuego del Corazón (por la Fusión de los Éteres o por la instalación del Fuego del Corazón, por la Corona Radiante) se realiza en ustedes, que comienzan a tener percepciones cada vez más claras, cada vez más lúcidas, más allá de los sentidos, más allá de toda intuición y toda visión (directamente por la Visión Etérica, directamente por la Visión del Corazón) de la realidad de lo que es el Amor: independiente de toda proyección, independiente de toda personalización y sobre todo, independiente de toda condición.

Existes un principio de vasos comunicantes (estas son las palabras que les han sido dadas) entre el amor personal y el Amor del Corazón, incluso si, obviamente, la personalidad va a llamar “amor” eso que, para ella representa, en alguna forma el Amor.  Pero la representación del amor, al sentido de la idealización, al sentido, incluso de la relación y de la comunicación (fuera ella la más armoniosa) entre dos seres (entre un padre y un hijo, por ejemplo), no puede ser, en ningún caso el Amor en el sentido Vibral.  Porque justamente existe un vínculo, que este vínculo sea de la carne, que sea kármico, que esté relacionado simplemente a la proyección exterior del amor.  El Amor es una Radiación, al sentido Vibral. 

Nunca es una proyección. Confiere lo que llamamos la Alegría, el Samadhi, la Paz, la serenidad, con diferentes expresiones (difícilmente traducibles en lenguaje francés) como Sat Chit Ananda o, aún Maha Samadhi.  Jamás una relación amorosa entre 2 personas podrá hacerles vivir el Samadhi. Solo algunos seres han sido capaces, en el momento de su vida, de extraerse de su personalidad, en totalidad, que sea por una forma de tensión hacia la Luz o de tensión hacia el Abandono (como lo experimentó Hildegard Von Bingen) o, aún este Amor indecible que animaba a otras Estrellas como Gema o Santa Teresa.  Es extremadamente difícil, para el común de los mortales (que somos y que fuimos) de poder, en alguna forma, identificarse a esta tensión. Generalmente, el Amor Vibral va a nacer de un encuentro que está más allá de un encuentro exterior.  Es más bien un encuentro Interior que va a expresarse, o con motivo de un sufrimiento (la pérdida de un ser amado) o con motivo de un miedo, o aún (como lo ha dicho SRI AUROBINDO) con motivo del choque de la humanidad, es decir, de la Fusión de los Éteres, produciéndose en los cuerpos, no solamente en el cielo, no solamente en la Tierra sino sobre el conjunto de la Conciencia de la Tierra y de las Conciencias que son soportadas y portadas.

Existe pues una diferencia fundamental: es que el Amor, al sentido Vibral se basta a sí mismo. Eso que no quiere decir que conviene en este momento separarse de quienquiera o de cualquier cosa.  Pero toda relación (toda comunicación) se transciende no por una voluntad de idealización, no por una voluntad de bien sino porque simplemente, la relación no pasa ya en una relación de 2 objetos separados, sino Unificados (o 2 Conciencias separadas pero, bien, Unificadas) por el principio de la Comunión, de la Gracia, tal como ha sido dado por la Nueva Alianza.  Tienen pues hoy la posibilidad (mucho más grande que hace un cierto tiempo) de darse cuenta de la diferencia, por su Conciencia, de eso que es el Amor Vibral y de eso que es el amor personal.  Por supuesto, la Conciencia que se establece en el Amor Vibral va a magnificar y transcender sus propias relaciones vividas en el amor personal, no para liberarse (liberarse o romper cualquier cosa) sino mas bien para aclarar la relación, más allá de todo vínculo, más allá de toda condición.  Es decir, permitir, en ese momento, vivir por intermedio del Amor Vibral, la Liberación de todo vínculo y por consiguiente de acercarse de la Libertad, acercarse de lo Desconocido y vivir la Autonomía y la Libertad.
¿Es decir que no hay Autonomía y Libertad en una relación Personal?  Eso es cierto.  Ya que si el ser humano es honesto consigo mismo, cualquiera que sea el grado de satisfacción de una relación, cualquiera que ella sea (aún fuera la más armoniosa, la más feliz, la más auténtica en la personalidad) no reemplazará, nunca, la Comunión que puede ser vivida de Corazón a Corazón, más allá de todo vínculo.  Así pues, cuando el CRISTO vino, dijo que venía a liberarlos de la carne.  Y lo ha ilustrado por otra parte sobre la Cruz, a través de sus palabras que dirigió a MARIA, concernientes a ese que era en ese momento San Juan, diciendo a él y a ella: “Madre, aquí tienes a tu hijo.  Hijo, aquí tiene a tu madre” ¿Qué se experimentó allí? ¿Era la transferencia de un vínculo? No.  Era una transferencia del amor personal en Amor Vibral, vivido por el Espíritu Santo.

El descenso del Espiritu Santo (o la polaridad femenina, si puede decirse, de LA FUENTE, expresada por diferentes términos, y tal como Ella se presenta sobre la Tierra desde ahora una generación) es un elemento motriz, hasta cierto punto que inicializó el Pasaje del amor personal al Amor Vibral.  Este Pasaje allí, hoy, está enteramente realizado por aquellos que lo viven (está en vías de realización por aquellos que no lo viven aún).  Ya que recuerden: la única forma de poder concientizar la diferencia entre el amor personal y el Amor Vibral es obviamente, vivir lo Desconocido a fin de que eso devenga para ustedes un campo de experiencias conocidas.  No pueden devenir Autónomos, no pueden devenir Libres, mientras que el Fuego del Corazón, y el Amor Vibral no estén instalados.  No puede existir verdadera Autonomía, efectivamente mientras que exista el menor vínculo situado al nivel de la personalidad.  Eso por supuesto, no prevé una separación de quienquiera o de cualquier cosa sino más bien una revolución interior, llevándoles a reconsiderar las relaciones y a reemplazarlas por una Comunión.  Esta Comunión, que ella sea entre un padre y un hijo, entre un individuo y otro individuo, prescinde de palabras.  Prescinde de sentido. Ella prescinde de comportamientos puesto que es precisamente algo que supera a la personalidad, desde el instante donde los seres que están en esta resonancia viven ellos mismos su propia Comunión Interior para su Libertad, para su Autonomía, permitiendo entonces un intercambio (que no es ya un intercambio sino una identificación) donde el otro deviene en totalidad sí. Y donde el uno deviene el otro y el otro deviene el uno.

Desde el instante donde la Vibración del Corazón está activada y se instala en una forma de permanencia, se vuelve cada vez más difícil en cierto modo, confundir el amor personal y el Amor Vibral.  Como lo saben, el uno es encerramiento y el otro es Liberación.  Por supuesto, las leyes incluso de este mundo (que han sido como lo saben, falsificado) a través del eje ATRACCIÓN-VISION, substituyeron el Alfa y la Omega, es decir AL y OD (o el Fuego del Espíritu) por el Fuego de la personalidad.  Este Fuego de la personalidad se inscribe en una noción de límites.  Estos límites se experimentan naturalmente en el amor personal: Tienen su mujer, su hombre, su hijo.  Pero el cónyuge de uno no es el cónyuge del otro y todo es recíproco.  Un niño que considera que sus padres son sus padres, nunca llamará a otra pareja “papá” y “mamá”.  Tales son hasta cierto punto los principios mismos que han federado el principio de la Ilusión, a través de vínculos (de herencia, de la carne y de la sangre, vínculos afectivos) expresándose al nivel de las memorias de resonancias dichas Kármicas, emocionales o mentales.  Así pues, cada sistema social, cada individuo, expresándose y creando leyes a través de la personalidad, de los comportamientos (morales o inmorales), va hasta basarse en este concepto del amor y la falsificación misma del amor.  Eso que no quiere decir, una vez más que el amor no existe sino que este amor es condicionante, encerrante, limitante y les impide por lo mismo vivir la Autonomía y la Libertad.  Entiendan bien el sentido de mis palabras.  No es que liberándose de cualquier vínculo que este sea (decidiendo romper cualquier cosa como con quienquiera) que van a encontrar el Amor Vibral. Es Vibrando y pasando en el Amor Vibral del Abandono y del Renunciamiento que van a permitir a una relación evolucionar en el sentido de un amor personal a un Amor más altruista vivido realmente en el Corazón (y en la Vibración) y no mas en las concepciones de la carne, de la moral, de la sociedad en la cual están o aún de la adhesión a los principios filosóficos, espirituales o morales.

La experiencia de la Vibración es la que está en condiciones de hacerles, no comprender, ya que eso no serviría de nada. Pueden comprender la Unidad como concepto sin por lo tanto vivirla.  Pueden reivindicar la Unidad como concepto sin por lo tanto vivirla.  Porque la Unidad como lo saben, está más allá del bien y del mal.  Ella está más allá del principio de Atracción y de Visión y se sitúa en el eje rectificado AL y OD (es decir Alfa y Omega) y se inscribe en una rectitud que nada tiene que ver y que en absoluto es tributaria  de cualquier regla social, moral, afectiva, hereditaria o kármica.  La Libertad es a ese precio.  Y esto es a lo que están confrontados Interiormente: el Pasaje de la proyección de un amor personal a la introyección de un Amor que es la Verdad Vibral y que es la Luz. Por supuesto, como lo saben, todo ser humano que se vuelve hacia la espiritualidad reivindica la Luz y reivindica el amor, como un estado de ser que el va a poder manifestar a través del conocimiento exteriorizado.  El Amor no es un conocimiento exterior.  El Amor Vibral es un estado de Ser manifestándose por la Vibración y por la Conciencia, ella misma, que viene a poner fin a la Ilusión de todos los apegos, sin ninguna excepción.  Vivir la Libertad y vivir la Autonomía, vivir el Amor en el sentido Vibral, necesita de no estar apegado a cualquier cosa, a no estar identificado a cualquier cosa en este cuerpo.  Eso quiere decir estar plenamente en este cuerpo a fin de vivir la Liberación.  Es decir que en ese momento no puede haber alguna confusión entre el Amor manifestado y Vibrado en el Corazón y el amor de la personalidad.  Porque en el Corazón y la Vibración del Corazón se manifiesta el Amor al sentido Vibral, que vuelve Libre, que libera y que muestra realmente lo que es un amor limitado, (contrariamente al Amor Ilimitado vivido en el Corazón) porque el Amor Ilimitado (Amor Vibral) no dependerá nunca de alguna circunstancia de este mundo.  Entonces, por supuesto, aquellos que no viven eso y que no están inscritos en el marco de la Vibración, más o menos permanente del Corazón, van a justificar el amor de la personalidad por un lado que todos conocen, que se llama “el saboteador” es decir el que va a querer actuar para el bien del otro. No hay nada peor que el que quiere actuar para el bien del otro ya se coloca a sí mismo bajo el principio de la Dualidad.

La Unidad Vibral y el Amor en el Corazón, nada tiene que hacer de esta voluntad de Bien, nada tiene que hacer de esta lucha contra el mal porque se sitúa de manera definitiva e irremediable, más allá de esta oposición, más allá de este antagonismo, más allá de todo vínculo y mas allá de todo compromiso.  En ese momento (una vez que el Supramental, como se los explicará SRI AUROBINDO, ha penetrado suficientemente las Coronas Radiantes, el cuerpo y la Conciencia, así como los cuerpos sutiles), el ser comienza a manifestar la Libertad y la Autonomía, renunciando y Abandonándose, y cruzando la Puerta Estrecha.  En ese momento, los 4 Pilares (tal como se los han sido dados: del Corazón), devienen la evidencia de la instalación en el Corazón (ver rúbrica “protocolos a practicar”). No puede existir Amor Vibral sin humildad.  La Humildad consistiendo en no ser nada, sobre este mundo para ser todo en el otro mundo, como lo había expresado a su manera el Maestro PHILIPPE.  No pueden estar en Unidad y estar en Dualidad.  No pueden ser Transparentes y ser opacos al amor de todos los seres humanos de la creación.  No pueden estar en la pobreza (en la Vía de la Infancia) mientras reivindiquen cualquier intelecto, cualquier control o maestría de su propia emoción, de su propia vida o de la vida de quienquiera.  En realidad y en definitiva, existe una total oposición y un total antagonismo entre el amor personal y el Amor Vibral.

Sin embargo, el Amor Vibral debe confrontarse, por la transmutación del Pasaje de la Puerta y la Resurrección (por el principio de la Fusión de los Éteres, vividos al nivel del cuerpo), al amor de la personalidad.  Y, a través de esta confrontación (que es más bien una forma de alquimia, una forma de puesta en luz, una forma de Revelación), va a vivirse, poco a poco, esto que ustedes llaman (que nosotros nombramos con ustedes) la translación Dimensional o la Ascensión, que no es nada más en definitiva (ahora que comienzan a vivirlo), que la eterización de vuestro cuerpo y  de vuestra propia Conciencia así como del cuerpo de la Tierra. Este mecanismo de eterización del planeta, como vuestra propia desaparición, como oruga, pasa ahora mismo.  Muchos de ustedes viven las primicias es decir una desaparición de toda conciencia personal (que puede por otra parte, plantear un problema), una desaparición de todo amor personal y de todos los vínculos, haciéndoles penetrar en el Amor Vibral donde todo es Libertad, donde todo es respeto y restitución de la Libertad de cada uno y de cada ser.
Respetar al otro es dejarlo Libre.  Respetar la sociedad, es no interferir en una sociedad dual.  Eso no quiere decir dejar, entre comillas, “pudrir las cosas” o, aún, deteriorar una situación sino es tomar conciencia que, mientras actúen en un sistema que se dedica a la Dualidad, no pueden instalar cualquier Unidad. Vivir el Amor Vibral no puede adaptarse de ningún amor personal.  Obviamente, no es algo que conviene aceptar como un principio. Es algo que conviene vivir y que los conducirá necesaria y obligatoriamente, a esta misma conclusión: ellos no pueden coexistir. 

Pueden confrontarse, transmutarse, y alquimizarse.  Puede realizarse un proceso de Fusión de los Éteres a nivelo de la célula, por el descenso del Supramental (dejaré a SRI AUROBINDO expresarlo), pero debe resultarles cada vez más evidente que no pueden el uno o el otro.  No obstante, una vez más, la relación personal se transmutará por la relación de Amor Vibral, que no es más una relación ni una proyección sino más bien una introyección, correspondiendo por lo mismo, a lo que les decimos cuando estamos al interior de ustedes.  Cuando un Arcángel o un Anciano les dicen que están dentro de ustedes, no es una vista del espíritu. No es una proyección.  No es una quimera sino más bien una realidad Vibratoria. Es decir que cuando tomen conciencia que vuestro hijo, que el conjunto de la sociedad, el conjunto de la humanidad (amigo como enemigo, querido como no querido) se encuentra al interior de ustedes, no podrán obviamente ya entrar en algún amor personal.  Descansarán en el Amor Vibral que les conferirá la Alegría, en totalidad. Y esta alegría crecerá, a medida de vuestra aceptación a lo que ha sido llamado este Abandono a la Luz y esta Renuncia.

Mientras quieran experimentar o manifestar el amor, solo es el reflejo de la personalidad.  Si el amor se escapa de ustedes, en ese momento, no es más una proyección sino una introyección.  Irradian, difunden.  Pero esta Radiación y esta difusión, toman conciencia que no se vuelve hacia otra cosa que hacia ustedes mismos, incluso si es el objeto de una Comunión entre 2 personas. En realidad amar al otro, es amarse a sí mismo.  Pero amarse a sí mismo no es un amor en el sentido personal.  Es un estado de Vibración que confiere la Alegría, la Libertad, la Autonomía total.  Es solamente en ese momento que podrán decidir conscientemente, establecerse de manera constate y cada vez más importante en el Amor Vibral.  Entonces, el Amor Vibral va a obligarlos hasta cierto punto, a desapegarse de todos los conceptos erróneos de todas las transposiciones del amor en relación con las heridas o las satisfacciones que puedan experimentar por relación a un ser humano, un sistema social, un sistema moral, espiritual o religioso. Van a comprender, como lo he dicho en mi última vida, que no existe para la Libertad, el camino conocido. Que para vivir la Libertad, no es necesario ser dependiente de alguna creencia, ya que mientras exista la menor creencia, no son Libres porque la creencia (e incluso en un amor, idealizado, de una religión o de un salvador exterior o de cualquier dios) no refleja más que la incapacidad para vivir la plenitud y no es más que el reflejo de una vida Interior concerniente al objeto de esta proyección de amor hacia el exterior. Solo casos hay muy raros donde esta proyección puede vivirse como una tensión hacia el Abandono, como lo he dicho anteriormente 
Así pues, somos todos tributarios de relaciones que podemos decir condicionales y son condicionadas, aún una vez, por la educación, por los vínculos de la carne, de la sangre, por la experiencia en la personalidad y en el alma.  Pero el alma nunca será el Espiritu.  Eso ya lo había explicado.  El Fuego del alma sobre este mundo, está exclusivamente vuelto hacia la materia.  El Fuego del alma no conoce el Espíritu, y mucho menos mientras no hay la inversión y la Reversión del Triángulo Luciferino (o haciendo pasar del Fuego de la personalidad al Fuego del Corazón), mientras no hay el Pasaje de la Puerta Estrecha, por 3ª vez, permitiendo establecerse en el Corazón.   Que es, les recuerdo: Libertad, Autonomía.  Que es lo Desconocido. Que es sobre todo, satisfacción permanente y perpetua (no dependiendo de ninguna relación efímera), sobre todo, no dependiendo de ningún humor, de ningún afecto, de ningún mental, de ninguna concepción y sobre todo de ninguna creencia. El Amor Vibral los hace Libres y se hacen fuertes porque justamente no dependen de nada exterior y sobretodo no de una proyección de la Conciencia al exterior. El Amor Vibral los hace fuertes porque consideran (porque lo viven) que no hay diferencia y que no hay ninguna proyección de este Amor hacia un exterior que solo existe en la Ilusión de la conciencia de este mundo.

Realizando el Amor Vibral se acercan (como eso fue dicho por numerosos Ancianos y Estrellas) de lo que llamamos la Alegría, de lo que llamamos el Samadhi, la Paz Eterna. Si razonan y comprenden bien las relaciones, más allá del mental (cualquiera que ellas sean al sentido personal) son siempre condicionales por su propia posibilidad de desaparición, que eso sea en una relación de pareja, de padre e hijo, en un sistema social, en una sociedad donde o en cualquier cosa.  Lo que no es el caso en cuanto pasen al seno y al sentido del Amor Vibral, por la percepción de la Vibración y por el establecimiento de la Conciencia en este nivel particular de la consciencia.  Como ya se sabe, las emociones se manifiestan sobre el plexo solar.  Una pérdida va a manifestarse sobre la garganta.  El cuerpo va a resonar y a manifestar lo que está en relación con el sufrimiento, vivido en cuanto al alma y en cuanto a lo que se llama psicología. Lo que realiza el Espíritu no puede ser afectado, en ningún caso, por un estado emocional, por un estado mental.  Entonces, por supuesto, para algunos, eso va a establecerse progresivamente y para otros, eso va a realizarse de un solo golpe porque cada uno es diferente en su proceso de integración del Amor Vibral, permitiéndoles pasar de uno al otro y de establecerse en definitiva en la Vibración del Corazón, es decir en la Unidad y en el Sí.  La experiencia que están llevando a cabo, individual y colectivamente, los lleva a encontrar el Amor no ya como un Fuego personal sino, bien, como el Fuego de la Luz, viniendo a tomar su lugar y volviéndoles al vuestro.

Existe una diferencia esencial, incluso al nivel de las percepciones dichas espirituales. Los reenvío para eso a eso que dijo NO OJOS sobre el 3er ojo, sobre la visión del tercer ojo y la Visión del Corazón. Se puede por eso, hablar allí también de diferencias al nivel de los sentidos.

  Efectivamente, al sentido del astral (es decir de la personalidad), la visión espiritual del tercer ojo los reenvía a los mundos extremadamente coloreados (extremadamente físicos, hasta cierto punto), incluso si se sitúan sobre el plano astral.  Mientras que en cuanto penetren la fusión de los Éteres, de vuestro propio Éter, desde que pasen por las Puertas del Corazón y que se establezcan de manera casi permanente en la Conciencia Vibral y en el Amor Vibral, solo existe una Conciencia que ya no está limitada, ni por este cuerpo, ni por cualquier cuerpo. Están en ese momento en la Luz blanca y eso que ven, por vuestros ojos (como si viajan en Êtreté) solo es la Luz Blanca Esta Luz Blanca no es uniforme, pero con todo (y eso es difícilmente expresable con palabras), cuando penetran esos mundos, saben que penetran las Moradas de la Eternidad porque hay muchas Moradas pero todas esas Moradas, presentes en la Luz Unificada, no tienen coloración, en el sentido que lo oyen. El sonido astral tampoco es el Sonido, ni la Música de las esferas.  La Música de las esferas que acompaña el Samadhi no tiene nada que ver con la música del astral vinculada al 3er ojo.

Todo eso, por supuesto, no me corresponde desarrollarlo.  Por el contrario, me corresponde decirles que les es hoy fácil (y les será cada vez más fácil) distinguir, por experiencia, lo que es el amor personal de lo que es el Amor Vibral.  Esta confrontación, esta Fusión de los Éteres (que tienen la oportunidad de vivir antes del momento colectivo de la humanidad) les lleva a colocarse y obviamente hay duda en cuanto a la localización.  Solo el mental va a intentar interferir para decirles que esto no es verdadero, para decirles que si se establecen en esta Luz Vibral y en este Amor, van a perder todos los amores que hacen sus relaciones, sus afectos y sus vínculos.  No. Simplemente van a transformarse por una más grande Libertad, una mayor Claridad y por la capacidad, por eso, por lo que devinieron, de transformar su medio ambiente, sin querer nada, sin pedir nada sino, simplemente, por lo que llamamos su Presencia. El Amor Vibral es transformante, por sí mismo, incluso en las relaciones limitadas de la personalidad.  Es el principio incluso de la acción de la Inteligencia de la Luz que es Gracia y que nada tiene hacer  de vuestra intervención en la personalidad.  Es hoy que es necesario plantear la pregunta: “¿Qué es lo que quieren ser?” “¿Qué es lo que quieren hacer?” « ¿Es que quieren buscar una luz en el exterior, o a través de un conocimiento o es que quieren establecerse en la Luz Vibral que es Unidad y Simplicidad?»
La Puerta posterior del Corazón, llamada KI RIS TI, les ha dado, a muchos, los medios para establecerse (de manera más directa) en el Corazón, incitándolos, hasta cierto punto, por la Espada de MIGUEL o por la Espada de METATRON (como ellos mismos lo dicen) de establecerse, aún más en el Corazón y de alejarse de todo lo que es limitante, de todo lo que es condicionante, no por cualquier acción de vuestra propia voluntad sino, más bien, por la acción directa de la Luz.  Ella misma, llevándolos (por la Radiación y por la Fusión de vuestros propios Éteres) a ponerse de nuevo, permanentemente, sin quererlo según el principio de la Gracia, de la Abundancia, de la Serenidad, de la Paz y de la seguridad (no aquella ilusoria, vinculada a una condición material o afectiva sino mas bien vinculada a vuestro propio estado de ser) porque  es en este estado de ser que no puede existir la menor carencia.

He aquí algunas palabras que tenía que darles y llevarlas a vuestra reflexión y a vuestra Conciencia, no tanto para hacerles preguntar o comprender sino más para ver eso que están a vivir o a no vivir. Muy queridos Hermanos y Hermanas en humanidad encarnada, doy Gracia por su Presencia y atenta escucha.  Los invito a releer estas palabras, más allá de la Vibración incluso de mi Presencia a fin de situarse, no intelectualmente sino más bien por vuestra propia Vibración. Recuerden que el Amor Vibral es evidencia, que el Amor Vibral es Luz, que el Amor Vibral no es el amor personal sino que viene a transcenderlo, transformarlo, liberarlo y autonomizarlo.  Les digo hasta algunos minutos.  En el Amor.

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